6/29/2010

El psicólogo clínico y la vida privada.

     Me parece que como psicólogos sentimos un particular interés en la vida privada, tanto de la nuestra como en la de los demás. De hecho, a veces pienso que este interés es el que me llevó a estudiar psicología. Por eso mis lecturas, mis investigaciones, por eso consulta, y, ahora, mis escritos…

     Nos involucramos su estudio para ver la relación de diferentes variables y cómo ellas se expresan en persona de distintos orígenes y circunstancias. Lo consultamos en fuentes psicológicas y/o directamente lo investigamos.

     Por eso leemos sobre proceso mentales y revisamos teorías. Por eso leemos sobre las vidas privadas de los otros y por eso llegamos a consultar cartas, diarios, memorias y biografías de algunos personajes públicos.

     Reconstruimos la vida de aquellos que nos consultan y usamos su testimonio como fuente de información; desde ahí les entendemos y nos esforzamos en ayudarles a conocerse y a funcionar mejor. Ese es nuestro trabajo clínico.

     Vivimos entre las vidas privadas, por eso veces nos sentimos inclinados compartirlo y escribir un poco de ello o haciendo interconsultas.

     El estudiante de psicología empieza por ahí, interesándose en su propia particularidad y cómo es que los demás han llegado a ser lo que son. Al menos, el estudiante de psicología clínica. Cualquier otro interés, fuera de ahí, será educativo, social, familiar, laboral, pero no clínico.

     Definitivamente, el psicólogo, al menos el psicólogo clínico, está interesado en la vida privada.

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